Una solución de peróxido de hidrógeno inferior al 8% se difunde a través de una boquilla, creando una niebla de microgotas que, al pasar por un campo electromagnético de alta tensión, sufren un proceso de ionización.
La solución resultante tiene una alta concentración de radicales hidroxilo y especies reactivas del oxígeno (ROS) que pueden dañar a los microorganismos a través de la oxidación de proteínas, carbohidratos y lípidos.
El campo electromagnético imparte una carga electrostática a la niebla, que actúa así como un gas debido a la actividad de repulsión mutua de las cargas positivas.
El resultado es una alta difusión de la solución que es capaz de alcanzar el 100% de la zona tratada.
Los productos resultantes, oxígeno y agua, no dejan residuos en las superficies.